RUSIA VENDE ARMAS A SURAMÉRICA
Por primera vez en la historia
RUSIA VENDE ARMAS A SURAMÉRICA
28/VIII/06 Por Enrique Oliva
La Federación Rusa, novena potencia vendedora de armas del mundo, comienza a ampliar su lista de clientes y exportaciones a mercados que pierde Estados Unidos. China (quinta) e India (décima), ahora le compran a Moscú sofisticados pertrechos de última generación, y hacen convenios de fabricación conjunta compitiendo con los norteamericanos. Y ni qué decir de Gran Bretaña y Francia (segunda y tercera respectivamente, hasta el año pasado). A todo ello se suman las enormes compras contratadas con Venezuela y la adquisición de tecnología para producción propia.
Hugo Chávez, ingresos petroleros mediante, salió de compras al mejor estilo “déme dos” y llegó una vez más al Kremlin a firmar nuevos convenios. Desgraciadamente el continuo aumento del comercio de armas no promete nada bueno sino más guerras. Aunque no hay cifras exactas oficiales de los montos de este comercio internacional por el ocultamiento que hacen tanto gobiernos como sus intermediarios, en el 2005 se invirtieron (por fabricación propia o adquisiciones) 1,8 trillones de dólares en material bélico.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, todas las naciones comenzaron a cambiar la palabra “guerra” por “defensa” en sus organismos estatales. Pareciera que se desea ocultar el fin último de los armamentos y sólo se los posee para cuidar su propio territorio. Sin embargo el tráfico no deja de aumentar como aumenta la pobreza y marginalidad de los pueblos indefensos, con la desgracia de poseer hidrocarburos y recursos naturales para a arrebatáarseles a sangre y fuego por las multinacionales. La avidez de las empresas es por ahora inatajable y parece en camino de llevar a una tercera guerra mundial.
Pretextos
Los ricos países centrales consideran una necesidad y un derecho sobre armarse de continuo y vender pertrechos, abaratando así sus costos para el consumo interno de sus fuerzas militares propias, en constante superación de capacidad de muerte a distancia. Los estados son copropietarios en su mayor parte de los grandes emporios armamentísticos y subvencionan las investigaciones científicas y técnicas. Es decir, no hay ninguna gran empresa en este tipo de tráfico que no tenga el apoyo material y financiero del estado, o es el estado mismo el único fabricante.
“Vendemos a otros países porque todos tienen derecho a su defensa”, se alega hipócritamente. Pero como diría el general Moshe Dayan, años atrás, “con dinero en mano se puede comprar cualquier tipo de armas de todo origen”. ¿Se puede explicar de otra forma cómo los libaneses, con ayuda de países generadores de petrodólares han logrado por centenares la bazuka portátil rusa RPG 29 que perfora a los hasta ahora imperforables tanques Merkava de tecnología norteamericana.
Antes los talibanes fueron armados por Estados Unidos para desalojar a los rusos de su territorio y ahora con esos equipos y otros más modernos aun, les están llevando a un nuevo Vietnam.
Hay países que figuran en las estadísticas como grandes vendedores, pero también son grandes compradores. Adquieren las últimas tecnologías para matar y venden las de generaciones anteriores, hasta aun sin usar. De esa forma, los estados poderosos controlan los desequilibrios entre países en posibilidad de entrar en conflictos, obligándolos a aumentar sus gastos de “defensa”. China justifica su constante fabricar, comprar (y vender lo obsoleto) por la necesidad de “modernizar a su ejército de liberación del pueblo”.
Hasta hace pocos años, Rusia y China tenían grandes diferencias políticas y de intereses, pero ahora ante el peligro del avance imperial norteamericano, han formalizado y puesto en ejecución la fabricación de importantes proyectos de investigación y construcción común de armas. A ellos se va uniendo progresivamente la India.
. Tal situación inédita en estos momentos, está condenada a aumentar la “colaboración” en ese grupo asiático poseedor de más de la tercera parte de los habitantes del globo y guarda muchas facturas coloniales a cobrarse, obligan a seguir en la misma línea “defensiva” por tiempo indefinido.
Penetración rusa en Suramérica
Siempre han llegado en poca cantidad y discretamente, usando variadas vías indirectas en conflictos suramericanos armas rusas como los famosos fusiles de asalto Kalashnikov. Pero no de estado a estado. En estos días, a principios de agosto, el sitio francés http://www.voltairenet.org explica:
“América Latina no es un socio tradicional de Rusia en la cooperación técnico militar. Siempre ha sido una zona de intereses de EEUU y Washington vigila que nadie penetre en ese mercado, sobre todo Rusia. Moscú ha perdido numerosos concursos convocados para adjudicar el suministro de material bélico al mercado latinoamericano. Simplemente porque en el juego entraba EEUU. En Brasil, por ejemplo, no había manera de ganar un concurso ni siquiera con el excelente caza ruso Su-35. La corporación aeronáutica Sukhol tuvo éxito solo después que Río de Janeiro renunciara al avión que le imponía el Pentágono porque el aparato ruso presentaba ventajas en todos los aspectos: precio, performances, etc. Pero Brasil no consigue deshacerse de la tutela norteamericana”.
Chávez salió de compras
EEUU, enfrentando al áspero teniente coronel Hugo Chávez, le embargó el recambio de suministros bélicos que poseían las Fuerzas Armadas de Venezuela y el bolivariano redobló la apuesta. “Anunció (según la citada red Voltaire) que reemplazaría los 21 cazas norteamericanos F-16 por otros de fabricación rusa. A juicio de Chávez, el caza ruso Su-30 es el mejor del mundo, y en cuanto a los F-16, prometió venderlos o regalarlos a Cuba o a China”.
Antes, con motivo del 195 aniversario de la independencia de Venezuela, participaron los rusos en los festejos con dos cazas Su-30MK2, cuyos pilotos impresionaron al público con increíbles pruebas acrobáticas.
La nota agrega: “Ahora (Chávez) quiere comprar varios submarinos de la clase Amur, sistemas misilísticos de defensa antiaérea para el Ejército de Tierra Tor-M1 y Osa-10, vehículos blindados para infantería y otro material de guerra. En total, por 3.000 millones. Es casi la mitad de lo que había ganado Rusia con las exportaciones de armamentos en 2005”.
Los convenios firmados entre Caracas y Moscú contemplan la capacitación de personal para su industria bélica y el mantenimiento de los equipos adquiridos, para lo cual ha enviado a Rusia numerosos ingenieros venezolanos.
A través del hermano país bolivariano, Rusia no sólo ha penetrado la valla norteamericana en materia de armamentos, sino también entró en el negocio de los hidrocarburos. El gigante emporio “LUKOIL perforará pozos en la zona del Orinoco”. Paralelamente, es importante destacar que petroleras de China e India se han unido para comprar el 50 % de la colombiana OMIMEX.
Así como EEUU lucha para imponer su hegemonía en países próximos a Rusia, Moscú avanza en el olvidado “patio de atrás” de Washington. La inmensa Suramérica dejará de ser una reserva yanqui para comenzar a decidir sobre la reactivación o conservación, según le convenga. Indudablemente, para nadie el futuro es fácil y la partida está lejos de definirse, pero sin un ajuste a fondo de la unidad de los países suramericanos, podemos quedarnos fuera de la cancha.